¡Hola a tod@s!
A continuación vais a poder leer un incidente crítico
sobre las tecnologías y el género.
Como ya sabemos, la concentración de
mujeres en determinadas ocupaciones y/o familias profesionales que,
generalmente, se caracterizan por tener condiciones de empleo poco
satisfactorias, bajos salarios y pocas oportunidades de formación continua y
adquisición de cualificaciones añadidas sigue estando presente en la sociedad
en la que vivimos. A nivel general, en el sector TIC las mujeres son, por un
lado, víctimas de una segregación ocupacional, es decir, gran parte de las
mujeres se concentran en profesiones tradicionalmente femeninas (ejemplo:
administrativas, grabadoras de datos, etc.); y por otro lado, también son
víctimas de la denominada segregación vertical, es decir, hay mayor acumulación
en puestos de trabajo de baja responsabilidad.
Los malos efectos de la segregación
ocupacional recaen fundamentalmente sobre las mujeres, dado que son ellas las
que en mayor medida se concentran en ocupaciones de menos cualificación,
salario y baja responsabilidad. Esta realidad tiene implicaciones directas en
el mercado de trabajo, porque la mayoría de trabajadoras quedan excluidas de un
amplio abanico de ocupaciones. Este fenómeno, además de ser un elemento
importante de rigidez e ineficiencia en el mercado de trabajo, implica una
situación injusta para las mujeres.
Podemos decir que destacan principalmente
dos factores que contribuyen a potenciar la segregación ocupacional en el
trabajo por razón de género; por un lado, las actitudes culturales y sociales
de lo que se supone que es un empleo “de hombres” o “de mujeres”; y por otro
lado, la desigualdad de género presente en la formación que conduce a los dos
sexos a orientarse (por sí mismos) hacia profesiones y trabajos diferentes. Por
ejemplo, las enfermeras o docentes son considerados como empleos “femeninos”.
Los nuevos campos donde las mujeres se abren camino en empleos no
convencionales en algunas partes del mundo incluyen las tecnologías de la
información y las comunicaciones. Ellas tienden a ocupar empleos considerados
menos estratégicos, mientras que ellos se posicionan en mayor medida en los
puestos más operacionales, es decir, los que más directamente conducen a
puestos de dirección.
En definitiva, el sector tecnológico tiene
la particularidad de ser un sector muy nuevo caracterizado por la escasez de
mujeres. La presencia de las mujeres en empleos relacionados con el sector TIC
es escasa debido a ciertas barreras que impiden a la mujer acceder a ciertas
ocupaciones tradicionalmente masculinas.
La formación y el acceso igualitario al
mercado de trabajo son los dos ingredientes fundamentales para lograr una
tecnologización plena y enriquecedora del conjunto de la sociedad, una fórmula
que debe contemplar de forma específica la situación de las mujeres. Para
lograr este objetivo, a mi parecer, hay que actuar inmediatamente para mejorar
la presencia de la mujer en el sector tecnológico.
Por un lado, habría que apoyar el
talento de las mujeres con capacidad y habilidad directiva de forma que se refuerce
su liderazgo y aumente su autoconfianza. Por otro lado, hay que incrementar y
poner en valor la presencia de mujeres en las empresas del sector tecnológico
en la actualidad, a través de los medios de comunicación, transmitiendo un
mensaje como por ejemplo, “Tú puedes”, de forma que se naturalice socialmente
su presencia en el sector. Para finalizar, es fundamental apoyar, discriminando
positivamente si fuera necesario, a las mujeres para el acceso a puestos de
responsabilidad, imponiendo el cumplimiento de cuotas mínimas de representación
femenina.
Dicho esto, espero que en un futuro no muy
lejano la segregación de las mujeres en ciertos puestos de trabajo se deje a un
lado, ya que, las mujeres pueden realizar trabajos que realizan los hombres y
viceversa.
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